Una visita rara y altamente publicitada del Presidente Trump a la sede de la Reserva Federal desencadenó un tenso y incómodo intercambio con el presidente de la Fed, Jerome Powell, sobre los crecientes costos de renovación de $2.5 mil millones. Trump, quien ha presionado repetidamente a Powell para que baje las tasas de interés, utilizó el costo de la renovación como una nueva línea de ataque, cuestionando la gestión de Powell y la necesidad del proyecto. Powell respondió, verificando los reclamos de Trump sobre los costos y defendiendo el alcance del proyecto y el proceso de aprobación. La disputa destaca la fricción continua entre la Casa Blanca y el banco central independiente, planteando preocupaciones sobre la autonomía de la Fed y las posibles consecuencias económicas si Trump intensifica su campaña contra Powell. A pesar de los intercambios acalorados, Trump indicó que no despediría a Powell, al menos por ahora.
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