Cientos de tunecinos salieron a las calles en la capital para protestar contra el presidente Kais Saied en el cuarto aniversario de su golpe de poder. Los manifestantes acusaron a Saied de convertir a Túnez en una "prisión al aire libre" y condenaron su régimen cada vez más autoritario. Los manifestantes llevaban retratos de presos políticos y jaulas simbólicas, exigiendo la liberación de figuras de la oposición encarceladas, incluido Rached Ghannouchi. Las manifestaciones reflejan la frustración generalizada con la consolidación del poder de Saied y la represión de la disidencia desde 2021. Los llamados a reformas democráticas y al fin de la represión política se hacen más fuertes a medida que aumenta el descontento público.
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