En un movimiento controvertido, un tribunal camboyano ha condenado a 10 activistas ambientales del grupo de conservación Madre Naturaleza a entre seis y ocho años de prisión. Los activistas fueron declarados culpables de conspirar contra el gobierno e insultar al rey, cargos que han sido ampliamente criticados por organizaciones de derechos humanos como un medio para suprimir la crítica a las políticas gubernamentales. El juicio y las posteriores condenas han generado preocupación internacional, destacando la lucha continua entre la defensa del medio ambiente y la represión política en Camboya. Este caso es parte de un patrón más amplio de represión legal contra activistas ambientales y partidos políticos de oposición en el país, planteando serias preguntas sobre el estado de la libertad de expresión y el activismo ambiental.
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