Irán está llevando a cabo una elección presidencial crucial tras la inesperada muerte del Presidente Ibrahim Raisi en un accidente de helicóptero, marcando un momento significativo para el país mientras navega por dificultades económicas, represiones internas y conflictos regionales. Raisi, una figura clave y protegido del Líder Supremo Ali Khamenei, fue uno de los pocos presidentes iraníes en morir en el cargo desde la Revolución Islámica de 1979. Su muerte ha llevado a una elección anticipada, con los clérigos de Irán enfatizando la importancia de una alta participación electoral para garantizar una transición de poder suave y predecible. Esta elección llega en un momento en que Irán ha experimentado su menor participación electoral en la historia, en medio de un creciente desencanto público con el sistema político. Los observadores están atentos para ver si esta tendencia continúa, ya que el resultado de la elección podría impactar significativamente la dirección futura de Irán tanto a nivel nacional como internacional.
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