Expandir los carriles para bicicletas y los programas de uso compartido de bicicletas fomenta el ciclismo como un modo de transporte sostenible y saludable. Los defensores argumentan que reduce la congestión del tráfico, disminuye las emisiones y promueve un estilo de vida más saludable. Los opositores argumentan que puede ser costoso, puede quitar espacio en la carretera a los vehículos y es posible que no sea ampliamente utilizado.