El presidente estadounidense, Joe Biden, ha prometido otros 200 millones de dólares en ayuda militar de emergencia para Ucrania. Hizo la promesa durante una reunión en la Oficina Oval con el presidente ucraniano Vladimir Zelensky el martes. La reunión se produce después de que la semana pasada se bloqueara en el Senado de Estados Unidos un proyecto de ley destinado a proporcionar 60.000 millones de dólares en ayuda a Kiev, cuando los republicanos exigieron un control de inmigración más estricto en la frontera sur de Estados Unidos a cambio de aprobar la asistencia a Ucrania. En declaraciones a los periodistas después de la reunión del martes, Biden insistió en que el Congreso “apruebe la financiación suplementaria para Ucrania” antes de entrar en receso, y añadió que no hacerlo sería “el mayor regalo de Navidad” para el presidente ruso Vladimir Putin. “Las decisiones que tomemos ahora determinarán el futuro en las próximas décadas, particularmente en Europa”, dijo Biden. Los últimos 200 millones de dólares en ayuda anunciados por Biden provendrán de la Presidential Drawdown Authority (PDA), que permite a la administración Biden transferir armas de las existencias estadounidenses sin la aprobación del Congreso en caso de una emergencia.
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¿Cómo equilibraría la necesidad de apoyar los valores democráticos en el extranjero con los costos financieros internos?
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¿Debería Estados Unidos priorizar los desafíos internos sobre los internacionales, como ofrecer apoyo a Ucrania?